18. JORDI LARROCH. "S/E/N/O/"

El 3 de marzo aparejó el Spray de Puerto Tamar, directamente arrumbado a cabo Pilar, con viento del nordeste, que fervientemente deseé que se mantuvieran hasta rebasar aquella punta de tierra. Pero no me fue reservada tanta suerte. Pronto empezó a llover espesando por el nordeste, lo que era un mal síntoma. El Spray se aproximó con rapidez a cabo Pilar y, sin nada que se lo impidiera, pasó inmediatamente al Océano Pacífico, tomando su primer baño en él al mismo tiempo que se fraguaba una tempestad.

No habría podido volver atrás aunque hubiera querido, porque la costa había desaparecido, tragada ya por la negrura de la lóbrega noche. Refrescó el viento y tomé una tercera faja de rizos. La mar era confusa y traicionera.Con un tiempo como aquél, los viejos pescadores rezaban: “¡ Recuerda, Señor, que mi barco es pequeño y tu mar es tan grande!”. Ya no veía más que el fulgor de las olas, que , mientras mi velero oscilaba sobre ellas, me mostraban sus blancos y amenazantes dientes. “¡Todo el aparejo para salir a la mar!”, grité, y con tal fin icé las velas que el barco era capaz de aguantar. El Spray corrió durante toda la noche con el viento a un largo, pero en la mañana del 4 de marzo roló al sudoeste; después bruscamente, al noroeste, y empezó a soplar con una fuerza terrorífica. Cargué toda la lona y quedé a palo seco.

Ningún barco del mundo hubiera podido resistir navegando en contra de una tempestad tan violenta como aquélla. Y sabiendo que podría durar varios días y que será imposible barloventear después hacia el oeste, a longo de la costa de la Tierra de Fuego, no parecía haber otra alternativa, en resumidas cuentas, que dirigirse hacia levante. En cualquier caso, la única línea de acción disponible para mi seguridad presente era ponerme a correr por delante del viento. Así que arrumbé al sudeste , como para doblar el cabo de Hornos, mientras las olas arbolaban y se hundían y bramaban la eterna historia del mar; pero la mano que mantenía todo aquello sostuvo también al Spray.

Joshua Slocum. 1895-Navegando alrededor del mundo en solitario.

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